Un atto segundo es una fracción ínfima de un segundo, la trillonésima parte de lo que dura un latido de corazón. Es, precisamente, el ritmo al que bailan los electrones dentro de los átomos. Durante décadas, existió solo en la cabeza de los físicos: sin embargo, gracias a los experimentos de los tres galardonados con el Nobel de este año, la teoría se logró aterrizar en experimento.
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