ADULTO MAYOR
Enfermedades cardíacas: cuáles son los factores de riesgo menos
conocidos y cómo reducirlos.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-66030613
- Robert
Byrne & J. J. Coughlan
- The
Conversation*
5 julio 2023
FUENTE DE
LA IMAGEN, GETTY IMAGES
La mayoría de la gente sabe que los factores de riesgo de las enfermedades
cardíacas son la presión arterial alta, el tabaquismo, el colesterol alto y
el sobrepeso.
Sin embargo, muchas personas que sufren un ataque al corazón no tienen
ninguno de estos factores de riesgo tradicionales.
Investigaciones revelan que condiciones como la gota, la
psoriasis, la enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis reumatoide también
son factores de riesgo de enfermedad cardíaca. Lo que tienen en común es la
inflamación crónica.
De hecho, algunos investigadores (Göran K. Hansson, "Inflamación
y aterosclerosis", publicado e la revista de la Asociación
Estadounidense del Corazón) han comenzado a reformular la enfermedad
cardiovascular como una enfermedad inflamatoria crónica de las arterias.
Los científicos a veces se refieren a esto como la hipótesis
inflamatoria de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD,
por sus siglas en inglés).
Proceso inflamatorio
La aterosclerosis se produce cuando se desarrollan
placas de grasa en las paredes de nuestras arterias, volviéndolas rígidas.
Cuando esto sucede en las arterias que suministran sangre oxigenada al
corazón, se denomina enfermedad de las arterias coronarias.
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Condiciones como la artritis reumatoide también pueden ser un factor
de riesgo.
La ASCVD puede causar ataques cardíacos, en los que no se suministra
suficiente sangre al corazón, y accidentes cerebrovasculares isquémicos, en
los que no llega suficiente sangre al cerebro. Para entender por qué la ASCVD
es una condición inflamatoria, debemos considerar cómo comienza este proceso.
Se cree que la primera etapa del desarrollo de la aterosclerosis es
algún tipo de lesión en el endotelio, la única capa de
células que recubre las arterias. Esto puede ser causado por altos niveles de
colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), a veces denominado "colesterol
malo".
Las toxinas de los cigarrillos también pueden irritar
el revestimiento de las arterias y causar esta lesión inicial. Cuando las
células endoteliales se lesionan, liberan mensajes químicos que atraen
glóbulos blancos, un componente importante del sistema inmunológico, al
sitio.
Estos glóbulos blancos ingresan a la pared de la arteria y causan
inflamación en la arteria. Los glóbulos blancos también consumen el
colesterol en las paredes de la arteria, lo que lleva a la formación de
"estrías de grasa", uno de los primeros signos visibles de la
aterosclerosis.
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Las toxinas de los cigarrillos también pueden irritar el revestimiento
de las arterias y causar lesiones en el endotelio.
Las estrías de grasa comienzan a formarse a una edad temprana. Para
cuando tenemos veinte años, la mayoría de nosotros tendremos alguna evidencia
de estrías de grasa en nuestras arterias.
Este proceso de daño de las células endoteliales, infiltración de
glóbulos blancos e inflamación crónica puede continuar en silencio a lo largo
de los años, lo que eventualmente conduce a la acumulación de placa
en las arterias.
Esto también puede explicar por qué las personas que padecen
afecciones inflamatorias crónicas tienen un mayor riesgo de enfermedad
cardiovascular.
La inflamación a largo plazo de las arterias que
irrigan el corazón y el cerebro puede eventualmente provocar ataques cardíacos
y accidentes cerebrovasculares.
Inflamación silenciosa
Un ataque al corazón se produce cuando una placa en la arteria que
irriga el corazón se vuelve inestable. Esto puede conducir a
la ruptura (estallido) de la placa, lo que lleva a la formación de un
coágulo en la arteria y la interrupción del suministro de sangre al
músculo del corazón.
Las personas que experimentan un ataque al corazón tienen a menudo
mayores niveles de inflamación e inestabilidad de la placa en los días y
semanas previos al evento. El eventual "ataque cardíaco" y el daño
resultante al músculo cardíaco pueden verse como este proceso
inflamatorio inestable que alcanza su cenit.
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Para cuando tenemos veinte
años, la mayoría de nosotros tendremos alguna evidencia de estrías de grasa
en nuestras arterias.
Debido a que este proceso inflamatorio crónico ocurre sin dar
síntomas, muchos pacientes sin los factores de riesgo tradicionales de
enfermedad cardíaca no se darán cuenta de que tienen un mayor riesgo de
enfermedad cardíaca.
Cómo medir la inflamación
Afortunadamente, hay una manera de medir la inflamación en el cuerpo.
Una forma de hacerlo es con un análisis de sangre llamado prueba de proteína
C-reactiva de alta sensibilidad (hs-CRP, por sus siglas en inglés).
Las personas con niveles elevados de hs-CRP tienen un
mayor riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Los niveles
elevados de colesterol LDL también son un factor de riesgo
para la ASCVD.
Varios estudios ("Comparación de los niveles de proteína
C-reactiva y colesterol de lipoproteínas de baja densidad en la predicción de
primeros eventos cardiovasculares", por varios autores, publicado en
el New England Journal of Medicine) han reportado que las personas
que tienen niveles altos de colesterol LDL y hs-CRP parecen tener el
mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Ensayo innovador
Un gran ensayo clínico llamado Cantos puso a prueba la hipótesis
inflamatoria de la enfermedad cardiovascular al tratar a pacientes que habían
tenido un ataque al corazón y tenían altos niveles de hs-CRP con un fármaco
antiinflamatorio llamado canakinumab.
El uso de este medicamento antiinflamatorio redujo los niveles de
hs-CRP y dio como resultado una reducción pequeña pero estadísticamente
significativa en la cantidad de ataques cardíacos experimentados por estos
pacientes.
El exceso de peso, sobre todo en la zona media del cuerpo, es un
factor que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.
Lamentablemente, también pareció haber un mayor riesgo de infecciones
en el grupo que recibió el fármaco.
Este riesgo, junto con el alto costo del medicamento, significa
que no es probable que comencemos a usar canakinumab para tratar la
ASCVD en el corto plazo.
Sin embargo, el estudio se consideró innovador porque respaldó la
hipótesis de que la inflamación juega un papel importante en la ASCVD, y que
abordar la inflamación puede ser útil para reducir el riesgo de eventos
cardiovasculares repetidos.
Cambiar la forma en que pensamos sobre los factores de riesgo de ASCVD
puede permitirnos identificar mejor a los pacientes que corren el
riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Además, esto puede permitirnos centrarnos en el tratamiento de la
inflamación para reducir el riesgo cardiovascular. Varios estudios ya están
analizando el uso de medicamentos antiinflamatorios más baratos, como
la colchicina y el metotrexato, para reducir la inflamación y
prevenir la progresión de la enfermedad cardiovascular.
Cambios en el estilo de vida para reducir la inflamación
Por suerte, es posible reducir la inflamación en nuestro cuerpo sin recurrir
a medicamentos. Podemos pensar en todo lo que hacemos en nuestra vida
como proinflamatorio o antiinflamatorio.
Fumar es proinflamatorio ya que las toxinas de los cigarrillos irritan
el cuerpo. Los altos niveles de colesterol en la sangre y una dieta rica en
alimentos ultra procesados también pueden provocar una inflamación crónica en nuestras arterias.
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Un estilo de vida saludable permite reducir la inflamación crónica.
Por el contrario, se cree que una dieta rica en frutas,
verduras, cereales integrales y pescado graso es antiinflamatoria.
El ejercicio también reduce los niveles de
inflamación en el cuerpo. La obesidad, en particular el exceso de peso
alrededor de la cintura, parece causar inflamación crónica. Perder peso
alrededor de la sección media ayudará a reducir esta inflamación.
El estrés también puede inducir una respuesta
inflamatoria crónica de bajo grado en el cuerpo, y es importante tratar de
controlar nuestros niveles de estrés. También es importante mantener la
presión arterial, el colesterol y el índice de masa corporal saludables, los
marcadores tradicionales del riesgo de enfermedad cardíaca.
Al elegir opciones antiinflamatorias y llevar un estilo de vida
saludable, todos podemos reducir nuestras posibilidades de desarrollar
enfermedades cardíacas y mejorar nuestra calidad de vida.
*Robert Byrne es director de Investigación Cardiovascular, Universidad
RCSI de Medicina y Ciencias de la Salud, Irlanda. J. J. Coughlan es
investigador de Cardiología Intervencionista, Universidad RCSI de Medicina y
Ciencias de la Salud, Irlanda.
"Hay una epidemia de soledad porque no tenemos tiempo para quedar
con gente y no hacer nada"
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En EE.UU., según una encuesta
de la aseguradora de salud Cigna publicada en 2020, tres de cada cinco
estadounidenses "está solo".
Fuente: BBC Extra
Hace dos meses, en mayo de 2023, el cirujano general de EE.UU. publicó
un informe que detalla cómo una epidemia creció silenciosamente en el país
durante décadas.
Los estadounidenses, afirmó Vivek Murthy, se sienten
solos, mucho más de lo normal, y esto supone una amenaza para su bienestar
físico y emocional, y también es un enorme problema de salud pública.
“El impacto en la mortalidad de estar socialmente desconectados es
similar a fumar 15 cigarrillos al día”, comenta el doctor, cuyo rol es ser el
principal vocero de los problemas de salud de la nación y además dirige un
cuerpo de médicos del ejército norteamericano.
Múltiples estudios, aunque varían de acuerdo a las variables que
midan, respaldan sus expresiones.
El mismo documento compartido por el médico señala, por ejemplo, que
desde 2003 a 2020 el promedio de aislamiento social entre los ciudadanos creció
de 142 horas al mes a 166, lo que representa un aumento de 24 horas.
Los más afectados por esta tendencia son los jóvenes, cuyo tiempo con
amigos se redujo en un 70% durante las pasadas dos décadas.
Y la aseguradora Cigna, en una encuesta independiente publicada en
2020 citada por la Biblioteca Nacional de Medicina, indica que tres
de cada cinco estadounidenses “están solos”.
El problema no solo concierne a EE.UU., otras regiones del
mundo, como América Latina, también están afectadas por la
soledad. Por ejemplo, una encuesta de Ipsos realizada en 2020, en la que la
empresa eligió al azar a cinco países latinoamericanos en los que entrevistó
a más de 15.000 personas, reveló que en Brasil un 36% de los encuestados
decía sentirse solo de cara al 2021, en Perú un 32%, en Chile esta cifra
supuso un 30%, mientras que en México y Argentina un 25%.
La situación, que podría ser “devastadora”, está asociada con un
“mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, demencia, accidentes
cerebrovasculares, depresión, ansiedad y muerte prematura”, señaló Murthy.
Aunque expertos afirman que la pandemia de la covid-19 pudo
haber tenido un enorme impacto en el sentido de soledad, por el
aislamiento que requirió la enfermedad, es algo que comenzó mucho antes, que
se relaciona con el desarrollo de la tecnología, dice, por su parte Sheila
Liming, una profesora de Champlain College en Vermont.
Sheila Liming, profesora de
escritura en el Champlain College de Vermont.
Experta en estudios culturales, Liming, basándose en sus propias
experiencias con la soledad, escribió el libro Hanging Out: the
radical power of killing time (Penguin Random House, 2023), un
ensayo en el que teoriza que una de las causas que provoca esta crisis en
EE.UU. es la “incapacidad de quedar” o en inglés hanging out.
Sus investigaciones sobre el tema, sus vivencias como profesora por
más de 10 años, una carrera que en su país le ha requerido viajar, y su
contacto constante con decenas de jóvenes le permiten afirmar que su premisa
es mucho más compleja de lo que se cree.
Detrás de no poder “quedar” hay todo un entramado que se arriesga a
desenredar para darle una respuesta a quienes sienten el abismo de la
soledad.
De eso conversamos en esta entrevista.
¿Qué hay detrás de la crisis de soledad en EE.UU.?
Es causada por múltiples factores y sucede desde distintos frentes.
Uno de los problemas de los que se deriva esta crisis tiene que ver con el
tiempo.
Las personas no tienen suficiente tiempo para dedicarse a la interacción
social. Y, por otro lado, también sienten que la interacción social en sí
misma es una pérdida de tiempo, así que no la priorizan. Muchos se sienten
culpables por no hacer nada, por pasar tiempo con alguien o simplemente estar
en presencia de otras personas.
Creo que otro factor importante es la falta de espacios y el acceso a
espacios donde las personas pueden reunirse, pasar el rato y existir en
presencia de los demás.
Lugares en los que puedan estar sin sentir que necesitan una razón
particular para visitarlos o que necesitan gastar dinero para ir.
Todo esto se volvió muy obvio durante la pandemia de la covid, pero no
creo que haya desaparecido.
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La soledad está asociada con
un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, demencia, accidentes
cerebrovasculares, depresión, ansiedad y muerte prematura.
¿Cómo define “quedar”?
Defino quedar como atreverse a hacer muy poco en compañía de otros.
En lo “atrevido” es que radica el poder radical de matar el tiempo.
Ahí entra en juego el subtítulo de mi libro, porque creo que se requiere un
poco de valentía y audacia para poder decir: ‘No, voy a priorizar este uso de
mi tiempo, a diferencia de, digamos, trabajar más’.
Creo que hay una especie de actitud social que desprecia ese tipo de
comportamiento.
Le he escuchado hablar sobre cómo hemos construido nuestras vidas para
estar aislados. Lo dice desde una perspectiva amplia, como la forma en que
están diseñados los sistemas de transporte o por la arquitectura.
La vida en EE.UU. está diseñada para privilegiar las condiciones de
soledad y aislamiento.
Pero cuando digo que ha sido diseñado de esa manera, no quiero decir
que lo hayamos hecho a propósito. Creo que sucedió de forma accidental como
resultado de otros sistemas de valores que están en juego. En EE.UU., por
ejemplo, la privacidad se ve como un privilegio, y también es algo que trae
honor y orgullo.
Así que cultivamos estas condiciones de privacidad para mostrarle al
mundo que tenemos éxito, que lo hemos logrado. Para que todos sepan que somos
dueños de nuestra propia casa, de nuestro propio auto.
Estar lejos de nuestros vecinos nos permite elegir cuándo tenemos
interacciones, ponerle límites cuando no queremos hacerlo.
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Liming afirma que EE.UU. ha
sido diseñado para priorizar el aislamiento.
Todo eso se ve como parte del ethos estadounidense del éxito. Pero ese
ethos del éxito termina dejándonos más solos cuando tenemos una crisis y
necesitamos ayuda de otras personas, incluso si solo queremos saber de
nuestros vecinos en vez de evitarlos y excluirlos.
Encuentro el concepto de la privacidad muy relacionado a la concepción
de ser o no una persona madura. Si tienes 30, como yo, tu familia no verá
igual que vivas solo o que vivas con alguien más…
Se nos enseña que la única forma de dar el siguiente paso en la vida,
sea lo que sea, como convertirte en alguien independiente, formar una
familia, o encontrar una pareja romántica, es tener tu propio espacio. Hasta
que no tienes eso no puedes lograr nada en la vida.
¿Vivir en espacios compartidos nos haría más felices?
Tiene el potencial. El problema es que estamos tan acostumbrados a
este sistema de valores del que estoy hablando que es un ajuste muy difícil
para las personas aceptar la idea de compartir un espacio.
La otra persona estaría justo frente a ti, y se requeriría menos
resistencia y músculo para quedar.
¿Cómo piensa que ha cambiado la sociedad desde que tiene menos tiempo
para quedar?
Existe una idea errónea muy común de que, a medida que la sociedad
crece y progresa, tenemos más tiempo libre que en el pasado. Pero en realidad
hay muchos investigadores que luego de analizar esta ecuación descubrieron
que no.
La realidad puede ser probablemente lo contrario. Antes teníamos más
tiempo libre del que tenemos ahora.
Pero no siempre reconocemos la diferencia entre tiempo libre y tiempo
de trabajo.
Ahora uno se interpone con el otro mucho más que antes. Terminabas tu
trabajo y te ibas a casa. No tenías un correo electrónico que verificar, ni
mensajes de texto del jefe o de un compañero de trabajo. Era un corte más
limpio entre la jornada laboral y el tiempo libre.
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La profesora afirma que todos
los demográficos de EE.UU. están impactados por la soledad.
Ahora ese corte no es limpio. En la superficie, parece que tenemos
tiempo de ocio, pero en realidad pasamos mucho tiempo trabajando o haciendo
tareas en preparación para el trabajo.
¿Hay un perfil de quienes experimentan soledad en EE.UU.?
No creo que el problema sea específico de un grupo demográfico. Creo
que está en todos los ámbitos.
Se habla mucho de que el grupo demográfico de personas mayores en
EE.UU. está muy afectado por la soledad. Se dice que una vez dejan de tener
el núcleo familiar con el que vivían terminan en centros de cuidado en donde
experimentan mucha soledad. Y ese es un gran problema para esa población.
Pero creo que la soledad es igualmente un problema para las poblaciones
más jóvenes.
Soy profesora universitaria y trabajo con estudiantes que tienen entre
18 y 24 años y también es un gran problema para ellos. Lo irónico es que se
supone que la etapa universitaria es uno de los momentos más sociales de la
vida de una persona.
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Liming afirma que la falta de
tiempo es la mayor razón por la que hay una “epidemia de soledad” en EE.UU.
Pero igual habla sobre la influencia de las plataformas digitales.
Una vez leí algo sobre el hecho de que la felicidad humana se
manifiesta a los 26 años, y se supone que la actividad social que conduce a
eso es más vibrante durante esos años.
Pero la población en edad universitaria con la que trabajo es tan
propensa a la soledad y el aislamiento y los problemas de salud mental
asociados con ello como la población mayor de 65 años o cualquier otra
persona.
¿Y qué les pasa?
Creo que hay dos factores: la pandemia de covid y también el auge de
la tecnología digital personalizada.
Ambas cosas hicieron pensar a dicha generación que está bien o que es
suficiente quedar con otras personas a través de internet. Y esto no es algo
negativo, pero ciertamente no es suficiente.
Esta es una generación cuyos últimos años de escuela superior los
vivieron durante la pandemia de la covid-19. Sus vidas fueron interrumpidas y
no experimentaron importantes hitos relacionados con su edad o los
experimentaron online.
Cuando los veo en el salón de clase, me doy cuenta que tienen hábitos
que no necesariamente los ayudan de la mejor manera.
Uno de esos hábitos es, por ejemplo, que cuando necesitan ayuda o
compañía van a internet a buscar una respuesta, no a la persona que está a su
lado en el salón de clase, sus compañeros de cuarto, sus amigos o sus padres,
sino a donde un extraño online.
Hay quien podría sentirse más seguro interactuando a través de la
tecnología. En las redes sociales tienes un amplio control. Las fotos que
envías las puedes tomar cuantas veces quieras, si te sientes incómodo puedes
desaparecer al instante...
Así es, se trata de un asunto de control. Cuando estás en un ambiente
mediado por una red social, conoces las reglas y las maneras de entrar y
salir. Si algo se vuelve incómodo o raro, sabes que puedes encontrar una
manera de salir de ahí sin mucho problema.
En las interacciones en persona, si intentas comportarte de la misma
forma, alguien podría pensar que eres demasiado rudo y te juzgaría.
Además del control, tenemos miedo al juicio. Las interacciones
sociales en persona están sujetas a reglas diferentes a las que tenemos en
redes sociales y eso puede hacer que tengamos miedo.
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LA IMAGEN, GETTY IMAGES
Otros países, como Italia y la
región Nórdica, también presentan un problema de soledad.
¿Cómo las redes sociales e internet podrían ayudarnos a interactuar en
persona? Mucho más allá del hecho de que nos pueden ofrecer recomendaciones
de cosas que hacer o lugares para ir. Una gran cantidad de gente dice
sentirse abrumada por las redes sociales, me preguntaba si ese sentimiento
les podría empujar a querer compartir en persona.
En mi libro yo me aseguro de no tratar las tecnologías digitales como
una fuerza maligna, porque no lo son. Creo que han hecho muchas cosas por
nosotros o al menos tienen el potencial de hacer muchas cosas por nosotros.
Hace 10 años, cuando tenía 30 años igual que tú, comencé mi primer
trabajo como profesora y me mudé a Dakota del Norte, un estado muy rural.
Nunca antes había estado allí y mis contactos estaban limitados a mi vida
laboral.
FUENTE DE LA IMAGEN, SHEILA LIMING
Portada del libro Hanging
Out: the radical power of killing time (Penguin Random House,
2023).
Fue entonces cuando comencé a involucrarme con las redes sociales,
porque pasaba mucho tiempo sola. Descubrí a colegas que trabajaban temas muy parecidos
a los míos, incluso de otros departamentos a los que no pertenecía.
Las redes sociales son buenas para deshelar las aguas en la oficina.
Cuando llegaba al espacio de trabajo, me era sumamente beneficioso, porque
podía hablar sobre lo que veía online con las personas que lo estaban
llevando a cabo. Fue muy útil.
Eso no quiere decir que puedas darte el lujo de darle la espalda a la
comunidad física del lugar en el que vives.
¿Qué ha leído en sus estudios sobre el problema de la soledad en otros
países? ¿Es un asunto de las sociedades occidentales?
Mi perspectiva está más o menos limitada a EE.UU., simplemente porque
es el lugar que mejor conozco.
Pero cuando viajo, sí he visto lo que ocurre en otros países y he
tenido la perspectiva de otras culturas. También cuando hago entrevistas con
los medios y hablo con periodistas que no son de EE.UU.
Reporteros de Alemania, Noruega e Italia me han dicho que es un asunto
que también afecta a sus países. Por eso creo que es algo relacionado a la
estructura cultural de EE.UU. y al mundo occidental.
Por ejemplo, una vez un periodista me mencionó que en Noruega un 50%
de los hogares están compuestos de una sola persona, así que están tratando
de abordarlo desde el gobierno.
Puede ser que algo que es la norma en EE.UU. se impone en otros países
como lo deseable: el aislamiento como una especie de meta final.
En Puerto Rico tengo familia extendida cuya tendencia es vivir siempre
cerca. Tengo primos que son vecinos entre sí, y vecinos de sus padres. Es
algo normal en las áreas rurales de la isla. Esto les reduce su habilidad de
quedar con amigos, sobre todo por nuestra tendencia a priorizar los lazos
familiares sobre las amistades. ¿Deconstruir nuestra idea de la familia nos
ayudaría a tener una mejor vida social?
Las familias pueden ser aislantes, tanto para bien como para mal. Nos
pueden aislar del resto del mundo y proporcionar estructuras de apoyo,
protección. Cuando funcionan de esa manera, se les considera algo bueno.
Pero también son aislantes en la forma en que pueden crear una especie
de recinto del que es difícil salir. Como en las situaciones que decías, que
estás rodeado de tantos familiares que se vuelve menos imperativo hacer
amigos o conocer a otras personas.
Luego también entra en juego, al menos aquí en EE.UU., la expectativa
de que siempre tienes que hacer sentir orgullosa a tu familia. Aunque para
eso, la tendencia es que se necesita salir de la estructura familiar, cuando
te mueves y descubres tu propio camino.
Es irónico, porque para enorgullecer a tu familia en realidad tienes
que alejarte más de ellos, dejar la estructura.
Soy académica, en este país la tendencia es que esta profesión se muda
constantemente. Y algo que escuchas de la gente cuando te mudas es el
problema que enfrentan por mudarse tan lejos de su familia.
Al seguir esta profesión, con la intención de hacer sentir orgullosa a
su familia y convertirse en personas exitosas, terminan en una situación que
les hace complicado interactuar con su familia.
Ese es el final desafortunado de las expectativas que tenemos.
Cuando visito Puerto Rico, aunque es cerca de Miami, en donde vivo,
voy con muy poco tiempo. Y me siento muy mal si no comparto con mi familia,
aunque debo aceptar que con amigos a veces la paso mejor. De hecho, es muy
complicado para mí aceptar un pensamiento como ese...
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LA IMAGEN, GETTY IMAGES
Las familias pueden ser redes
de apoyo, pero también recintos clausurados que impiden la interacción, dice
la escritora.
De una forma distinta, pero esa también es mi experiencia. Vivo en
Vermont, la costa opuesta a Seattle, allá está mi familia, es donde crecí.
Voy dos veces al año. Pero cuando voy, lo que siento que debo hacer es
compartir con mi familia porque no los puedo ver constantemente, lo que
supone que dejo de priorizar a todas las amistades que fueron muy importantes
para mí desde que soy una niña.
Ha sido así a tal punto que no he logrado mantener muchas de esas
amistades, no he logrado hacer que se queden en mi vida.
¿Cuánto tiempo debe invertir la gente en quedar con otras personas?
No voy a ponerle un número. No haré reglas sobre cómo salir con el
propósito de que alguien mida si es bueno o no haciéndolo.
No es algo en lo que eres bueno o malo, es algo que haces o no. Haces
tiempo para que suceda o no lo priorizas.
Pero sí creo que es algo que debe pasar regularmente en la vida de las
personas. Hay quien debe hacerlo todos los días, otras personas una o dos
veces a la semana. Quizás lo que sea mejor de acuerdo a tus horarios, porque
debemos ser realistas con esto también.
Si pasa regularmente, no se siente extraño cuando lo haces. Así no lo
enfrentas con estas enormes expectativas sobre cómo debe suceder y cuán
perfecto debe ser. Esa es la única manera en la que se sentirá como algo
habitual, lo convertirá en una actividad más fácil de lograr.
Las claves para vivir una vejez plena y saludable | Sana Mente
https://youtu.be/ftawalbQMPo?si=u7HqCafgL7vBA5Hy 5.44
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