viernes, 17 de noviembre de 2023



BOLETIN SEMANAL
3ª. semana del 13 al 19 noviembre 2023
4ª. TEMPORADA AÑO 2023
(distribución gratuita)

Director Responsable:

Hugo Pinaud Rojas

Boletín Informativo Kosmos Chile

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NUESTRA V REGION DE VALPARAISO


...y sus 8 provincias

 


... y sus 38 comunas

 


... y Turismo todo el año

 

DEFENDAMOS A LA MADRE TIERRA Y A SUS ARBOLES

 


https://youtu.be/dwJRKH4vKpc?si=AtNZ2zTRTOFfL51-          4.42  

 El cuento para niños titulado "El Viejo árbol" cuenta la bonita historia de un árbol y sus amigos los pájaros que en él se posan a diario. El cuento, perteneciente a la colección de cuentos cortos para educar en valores de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), es un cuento para reflexionar sobre la ayuda mutua, de las ventajas de la colaboración y el trabajo conjunto y también de la conservación de la naturaleza, en especial del valor del agua como fuente vida.           


CHILE REGIONALIZADO

 




9 OBSERVATORIO DE ASTROTURISMO 
CHARLES MESSIER
 QUILPUE


Los Cuatro Cuartos - Adiós Santiago Querido
https://youtu.be/Oj6-uz-1lpQ?si=zkK3GI93BfcZu-iX

Siete preguntas sobre el Universo
https://www.abc.es/ciencia/abci-siete-preguntas-sobre-universo-200301200300-156870_noticia.html

Preguntas y respuestas sobre el universo
https://youtu.be/HyYWCCqz6OA?si=rkleB-sug2a0LLFe
1.29.05

Los nuevos instrumentos científicos, capaces de «ver» cada vez más lejos y con mayor precisión, descubren para los astrónomos todo un panorama inesperado y lleno de nuevos interrogantes. Por cada pregunta con respuesta, surgen otras que tardaremos aún mucho en contestar. Presentamos, en estas páginas, las principales cuestiones pendientes en Cosmología 

¿Cuál es la edad del Universo? 
Miles de millones de años. Esa es la escala correcta para hablar de las edades cósmicas. La Tierra, nuestro planeta, tiene una edad de cuatro mil quinientos millones de años. El Sol, nuestra estrella particular, es apenas un poco mayor. Pero. ¿Y el Universo entero? ¿Qué edad tiene? ¿Cuándo nació? Por ahora, aunque nos estamos acercando cada vez más a ella, no disponemos de una respuesta segura. Entre diez mil y veinte mil millones de años, dicen algunos. Entre ocho mil y quince mil millones, opinan otros. Y cuando parece que las pruebas apuntan más hacia una cifra que a otra, ocurre algo inesperado y hay que empezar de nuevo. Las últimas sorpresas vienen del telescopio espacial Hubble, el ingenio de la NASA, que ha cambiado mucho de lo que creíamos saber sobre el cosmos. Y lo ha hecho, por ejemplo, encontrando estrellas que, si los datos son correctos, serían más viejas que el Universo que las contiene, lo que equivale a decir que un hijo es mayor que su propia madre. No puede ser. Algo falla. ¿Pero qué? Son muchos los que creen que el error está en las distancias o, con más propiedad, en la manera en que tenemos de calcular lo lejos que están de nosotros los cuerpos celestes. Cuanto más alejado vemos un objeto, más viejo es también, ya que su luz ha tardado más en llegar hasta nosotros. Los astrónomos han construido toda una red de distancias, desde los objetos cercanos a los más alejados, medidas que dependen estrechamente las unas de las otras. De forma que, si una resulta equivocada, todas las que se efectúan a partir de ella también lo estarán. Los datos del Hubble no dejan lugar a dudas. En algún punto de la red hay un fallo. Pero no se sabe exactamente en cuál. Habrá, pues, que empezar de nuevo.   

¿De qué está hecho el Universo? 
A los científicos les gustaría poder decir que esta cuestión está resuelta. Pero no es así.  No se trata aquí de averiguar si existen en algún lugar materiales o aleaciones desconocidas para nosotros (lo cual es muy probable), sino de saber si «allí arriba» hay algún «otro tipo de materia» que «funcione» de forma completamente distinta a la que nos es habitual. ¿Está constituido todo el Universo por átomos iguales a los que podemos ver hasta donde alcanzan los instrumentos o existe, por el contrario, algún otro tipo de «ladrillo» fundamental, ajeno a todo lo conocido? Esa es la cuestión. Toda la materia que conocemos, desde la terrestre a la de las más lejanas galaxias, responde al mismo tipo de estructura fundamental. La diferencia entre los distintos materiales es una pura cuestión de cantidades, depende del número de protones y neutrones del interior de los núcleos atómicos. Lo que distingue, por ejemplo, al hidrógeno del hierro es que el núcleo de un átomo del hidrógeno contiene un solo protón y un solo neutrón, mientras que un núcleo de hierro está formado por 58 protones y 58 neutrones. Cada número corresponde a un elemento diferente. Pero hay, que se sepa, por lo menos otra clase de materia, y tan distinta de la ordinaria (de la cual estamos todos hechos) que es incompatible con ella. Se trata de la antimateria. La antimateria es, aparentemente, idéntica a la materia «normal». No se puede distinguir a simple vista. Pero si un átomo de antimateria entra en contacto con otro de materia, ambos se aniquilan en una fuerte explosión de energía. Si un hombre pusiera pie en un planeta hecho de antimateria, se desintegraría al instante. Los modernos laboratorios de física son capaces, desde hace algunos años, de «fabricar» átomos de antimateria. Algunas teorías postulan universos completos hechos de antimateria. Universos que, si alguna vez llegaran a entrar en contacto con el nuestro, provocarían un cataclismo cósmico como jamás se ha visto. Otras extrañas partículas han sido detectadas o predichas por los cálculos de los teóricos. Partículas capaces de viajar en el tiempo o, como los taquiones, de moverse mucho más deprisa que la luz. ¿Existen realmente? ¿Nos depara el Universo muchas más sorpresas en este terreno? Todo parece indicar que sí. 

¿Cuál será su destino? 
El Universo, como demostró el astrónomo Edwin Hubble en 1929, se expande en razón de una constante que él mismo calculó. A cada minuto que pasa se hace más grande. Eso significa que hace una hora era más pequeño, que hace un mes lo era aún más. Hace miles de millones de años, debió de existir un momento muy especial en que todo el Universo estuvo contenido en un punto microscópico, un punto que, de alguna manera, comenzó a expandirse y cuya expansión continúa en la actualidad. La pregunta es: ¿Continuará para siempre este proceso de expansión? ¿O se detendrá alguna vez para dar inicio a una fase de contracción? El destino del Universo, como se sabe desde hace décadas, depende en gran medida de la cantidad de materia que haya en él. Porque la materia es responsable de la fuerza de gravedad y la gravedad tiende a reunir la materia, es decir, se opone frontalmente a la fuerza de la expansión que pugna por separarla. Más materia significa más gravedad, y la gravedad, si es lo suficientemente fuerte, es lo único que podría frenar el actual proceso de expansión y dar lugar a un periodo de contracción (Universo cerrado). Menos materia significaría menos gravedad, en cuyo caso la expansión continuaría eternamente, hasta que se apagara la última estrella en un Universo frío, oscuro y desolado (Universo abierto). Pero si la cantidad de materia resultara ser la justa, entonces podríamos mantenernos en la línea intermedia entre estas dos soluciones (Universo plano). Lo que hay que hacer, resulta evidente, es calcular de una vez cuánta materia (y de qué clase) hay exactamente a nuestro alrededor. La terea no es nada fácil. Especialmente porque mucha de la materia del Universo no brilla, esto es, es oscura. Y la materia oscura no se puede detectar en la negrura del espacio. Los cálculos de la cantidad de materia «brillante» del Universo apenas arrojan un 10 por 100 de la que sería necesaria para «cerrar» el Universo. Pero, si se demostrara que una cantidad importante de la materia es «oscura», entonces la cosa cambiaría. Nuevos y más sofisticados instrumentos revelan cada vez más y más cantidad de materia oscura. Satélites de infrarrojos y telescopios orbitales hablan, por ejemplo, de gigantescas nubes de polvo intergaláctico, de oscuras estrellas conocidas como «enanas marrones» y de halos de materia alrededor de la galaxia. Neutrinos, axones, supercuerdas y otras estructuras «exóticas» podrían ser las portadoras de la materia que falta ¿Suficiente para «cerrar» el Universo? Aún no. Pero, ahí fuera, podría haber mucha más. 

¿Existen otros Universos? 
Hace apenas un siglo aún creíamos que la Tierra era el centro de todo lo que existe. Hoy, sin embargo, los espectaculares avances del conocimiento científico nos han exiliado a un apartado rincón de una galaxia que no tiene (aparte de nosotros mismos) nada de especial con respecto a las demás. Y puede que pronto tengamos que hacer lo propio con el concepto mismo de Universo. Universos cíclicos, Universos burbuja... existen varias descripciones matemáticas que sugieren que el nuestro no es el único Universo posible. No sólo eso, sino que podrían haber existido otros universos antes que el nuestro, y podría haber otros que nacieran después de que el que conocemos haya desaparecido. Algunas teorías llegan incluso a sostener que, probablemente, existen otros universos contemporáneos, desarrollándose al mismo tiempo que el nuestro.  El secreto de los universos paralelos se oculta, una vez más, en las condiciones que originaron el Big Bang. ¿Por qué motivo de la Gran Explosión habría tenido que surgir un sólo Universo? ¿Por qué no dos, o diez, o un número infinito de ellos? ¿No pudo haber en el origen múltiples burbujas y ser nuestra realidad en expansión sólo una de ellas?

¿Qué había antes del Big Bang?
La mayoría de los científicos opinaría que ésta es una pregunta inocente, del tipo de las que formulan los legos en cualquier materia. Que es absurdo plantear la cuestión porque, entre otras cosas, con el Big Bang también surgió el tiempo, y «antes» es un concepto temporal que no puede aplicarse fuera del propio tiempo. Sin embargo, según ciertos cálculos, abordados en principio por un grupo reducido de «disidentes» sobre la posible existencia de «otros» universos, (cálculos que hoy empiezan a gozar de la aceptación general) la pregunta vuelve a encontrar sentido. Hay varias teorías sobre el «antes». La más extendida de ellas dice que nuestro universo podría estar «rebotando» sobre sí mismo, como una burbuja que se hincha y se deshincha, y que el Big Bang podría ser sólo el momento inicial de uno de esos rebotes. Esta teoría implica la necesidad de que el Universo actual sea «cerrado», es decir, que la gravedad venza a la fuerza de expansión y provoque el comienzo de una etapa de contracción que vuelva a terminar en un punto, como el original, de infinita densidad. Por lo tanto, el nuestro sólo sería un ciclo más en medio de un número indeterminado de ciclos. Eso sí, un ciclo muy especial, en el que se han dado las condiciones precisas para que surjan unos seres (nosotros) capaces de preguntarse qué había antes del Big Bang. 

¿Cómo se estructura el Universo? 
Las partículas se juntan en átomos, los átomos en moléculas, las moléculas en estrellas, las estrellas en galaxias, las galaxias en grupos de galaxias, los grupos en cúmulos, los cúmulos en supercúmulos, los supercúmulos en murallas galácticas con millones de miembros, las murallas en.... ¿Dónde acaba esta cadena? A medida que los investigadores disponen de herramientas más y más potentes, aparecen nuevas (y siempre mayores) estructuras para desconcertarnos. Los más recientes descubrimientos en este campo nos muestran una especie de espuma, una estructura filamentosa que se extiende de manera uniforme por el Universo. El tamaño de estas estructuras es tal, que cada puntito en ellas corresponde a todo un cúmulo galáctico, de la misma forma en que cada puntito de la Vía Láctea corresponde a una estrella individual. A escala humana, el tamaño de estos filamentos es tan grande que resulta difícil de imaginar. Hasta ahí hemos llegado. Somos demasiado pequeños para apreciar un orden concreto en escalas aún mayores. Aunque seguramente existan.  

¿Hacia dónde va nuestra galaxia? 
En el Universo, todo se mueve, y desde que Hubble formuló la teoría de la expansión (tantas veces confirmada), no cabe duda de que las galaxias se alejan las unas de las otras. Pero, dentro de este esquema general, existen otros movimientos, más concretos, provocados por otras fuerzas, probablemente gravitatorias, cuyo origen aún se desconoce. Nuestra galaxia, por ejemplo, junto a todas sus vecinas del Grupo Local de galaxias (unas veinte) se dirige a toda velocidad hacia el cúmulo de Virgo. No sería ésta la dirección lógica si siguiéramos, lisa y llanamente, las leyes de la expansión. ¿Qué nos atrae entonces hacia allí? ¿Qué misteriosa fuerza puede alterar el rumbo de todo un grupo de galaxias en el espacio? Partamos desde el principio. Para calcular el movimiento del grupo de galaxias al que nosotros mismos pertenecemos, un observador situado en la Tierra debe tener en cuenta la superposición de varios movimientos «menores», como por ejemplo los 30 km/s de la Tierra en su órbita alrededor del Sol, los 230 km/s de todo el Sistema Solar alrededor del centro de nuestra propia galaxia o los 40 km/s a los que La Vía Láctea (nuestra galaxia) es atraída hacia su vecina más próxima, la galaxia de Andrómeda. Descontados dichos movimientos, queda otro, de 600 km/s, de nuestra galaxia (y de todas sus compañeras del Grupo Local) hacia el Cúmulo de Virgo. Sin embargo, se ha comprobado que el Cúmulo de Virgo no puede ser responsable de todo este movimiento, ya que él mismo también se mueve en la misma dirección. Sea lo que sea lo que nos atrae, también atrae al cúmulo de Virgo. El siguiente candidato a «culpable», por el simple hecho de que está en la dirección hacia la que nos dirigimos, fue el supercúmulo Hidra-Centauro. Pero cual no sería la sorpresa de los investigadores cuando descubrieron que también Hidra-Centauro (una agrupación de galaxias cientos de veces mayor que el cúmulo de Virgo) estaba aprisionado dentro de una atracción gravitatoria todavía mayor. Desconcertados, llamaron Gran Atractor al «monstruo» capaz de mover hacia sí mismo miles de galaxias como si fueran planetas alrededor del Sol. Sea lo que sea ese Gran Atractor, lo cierto es que todos, inevitablemente, nos dirigimos hacia allí.


 Un antiguo manuscrito de hace más de 800 años registra una explosión estelar que se repetirá en 2024.
https://www.abc.es/ciencia/antiguo-manuscrito-800-anos-registra-explosion-estelar-20230925204159-nt.html?dicbo=v2-8poNmmC

Es el primer registro disponible de un raro fenómeno espacial llamado 'nova recurrente'
Una potente explosión estelar, visible a simple vista durante unos días.

 

Imagen de un monje medieval registrando la explosión de una nova. LA ILUSTRACIÓN HA SIDO GENERADA POR IA CON EL GENERADOR DE IMÁGENES DE MICROSOFT BING, CON TECNOLOGÍA DE DALL-E

En 1217, hace exactamente 806 años, un monje alemán levantó sus ojos al cielo y se fijó en una estrella, normalmente débil, que brillaba con una intensidad inusual. El astro continuó ardiendo de esa forma durante varios días y Abbott Burchard, que por aquel entonces dirigía la Abadía de Ursberg, dejó registrado el evento en la crónica de ese año. «Se vio una señal maravillosa», escribió el monje, y añadió que el misterioso objeto en la constelación de la Corona Boreal «brilló con gran luz durante muchos días« .
El manuscrito medieval es el primer registro disponible de un raro fenómeno espacial llamado 'nova recurrente', una estrella muerta que extrae materia de una compañera más grande, se 'atraganta' con ella y los expulsa con violencia periódicamente, provocando repetidos destellos de luz que se repiten a intervalos regulares.
Según se desprende de un estudio llevado a cabo por el astrónomo Bradley E. Shaefer, de la Universidad Estatal de Louisiana, y que puede consultarse en el servidor de prepublicaciones arXiv, la 'estrella maravillosa' en cuestión podría ser T CrB, en la constelación de la Corona Boreal, que aumenta drásticamente su brillo durante aproximadamente una semana cada 80 años. A pesar de ello, el fenómeno sólo se ha documentado científicamente dos veces: una en 1866 y otra en 1946 (el próximo estallido de la estrella se espera para 2024).
En su artículo, Shaefer argumenta que tanto el registro de Bouchard en 1217 como otra crónica de 1787 son, de hecho, los primeros avistamientos conocidos de la nova T CrB. ¿Pero cómo estar seguros de ello? El monje, después de todo, pudo haber presenciado algún fenómeno distinto, como una supernova o un cometa. Algo que Scheafer descarta por completo ya que, según escribe en su artículo, si realmente se hubiera tratado de una supernova, uno de los eventos más violentos de todo el Universo, sus restos serían aun perfectamente visibles en la actualidad, como es el caso de la famosa Nebulosa del Cangrejo, una supernova que estalló en el año 1074 y que es perfectamente distinguible con la mayoría de los telescopios.
Ni supernova, ni cometa
La posibilidad de que el evento fuera un cometa, sin embargo, es un poco más complicada de refutar. A principios de ese año, efectivamente, se pudo ver un cometa en el cielo, según una crónica del monasterio de San Esteban en Grecia. Pero la mayoría de los monjes de la época estaban familiarizados con los cometas, que se consideraban como oscuros presagios de catástrofes y epidemias. Por lo que es poco probable que Burchard hubiera registrado un cometa como algo 'maravilloso' o no hubiera mencionado su cola, sostiene Schaefer.
En cuanto al avistamiento de 1787, fue registrado por el reverendo y astrónomo inglés Francis Wollaston. Y su relato describe un comportamiento muy similar al de una nova por parte de una estrella cuyas coordenadas coinciden casi exactamente con la posición de T CrB en el cielo. Si bien Wollaston identificó la estrella usando un nombre del catálogo del famoso astrónomo William Herschel, Schaefer cree que su verdadera identidad es T CrB.
Sea como fuere, los científicos estarán preparados para presenciar el próximo estallido de la nova, que se espera a finales de 2024. Y cuando llegue, agregarán el evento a una lista de registros pasados que tiene siglos de antigüedad. Mientras, por supuesto, seguirán investigando antiguos archivos para estudiar la historia de T CrB. Con suerte, dicha actividad les permitirá hacer predicciones más precisas sobre el comportamiento de la estrella en el futuro.

10 SISMOLOGIA

 

Los Lagos de Chile - Cueca Chilena

https://youtu.be/I-6MqiOjbd8?si=Ifte9gtmMBVsimp4


¿Por qué en Chile hay terremotos?

https://youtu.be/Udox1qZ9LwU?si=1RGTd2hcRgjQJRIN

4.16

Tipos de Sismos Tectónicos

https://youtu.be/e8xF_EslJw8?si=nA2ibAia50kNAHVZ

3.00

Jaime Campos | Sismología: Explicación, tecnología y comprensión de procesos | Congreso Futuro

https://youtu.be/JB2Fop7vVP8?si=cgyRDwUAROsbbiTn

31.11

¿Cuándo será el próximo terremoto?:  El estudio a “laguna sísmica” en Atacama

https://youtu.be/hqfii8RPG2M?si=rhzLs8NpvzUCrYLw

3.17

Terremotos en el mundo. Documental en español.

https://youtu.be/DeruMDvfE2c?si=JLLdSE-zS9RR8h7e

43.57


Científicos dicen que finalmente encontraron restos de Theia, un antiguo planeta que chocó con la Tierra y dio paso a la formación de la Luna

Por Jackie Wattles

https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/04/restos-theia-antiguo-planeta-tierra-luna-trax/ 

 

Porciones de Theia, que formó la Luna, sobrevivieron durante toda la historia de la Tierra en el manto profundo, según una nueva teoría propuesta en un estudio publicado en la revista Nature el 1 de noviembre de 2023. (Crédito: Hernán Cañellas)

Porciones de Theia, que formó la Luna, sobrevivieron durante toda la historia de la Tierra en el manto profundo, según una nueva teoría propuesta en un estudio publicado en la revista Nature el 1 de noviembre de 2023. (Crédito: Hernán Cañellas)

(CNN) -- Los científicos coinciden ampliamente en que un antiguo planeta chocó contra la Tierra cuando esta se estaba formando hace miles de millones de años, arrojando escombros que se fusionaron en la Luna que hoy decora nuestro cielo nocturno.

Esta teoría, denominada hipótesis del impacto gigante, explica muchas características fundamentales de la Luna y la Tierra.

Sin embargo, hay un misterio evidente en el centro de esta hipótesis: ¿Qué fue de Theia? No hay pruebas directas de su existencia. No se han encontrado restos del planeta en el sistema solar. Y muchos científicos suponían que cualquier resto que Theia hubiera dejado en la Tierra se había mezclado en la caldera ardiente del interior de nuestro planeta.

Sin embargo, una nueva teoría sugiere que los restos del antiguo planeta permanecen parcialmente intactos, enterrados bajo nuestros pies

Las placas fundidas de Theia podrían haberse incrustado en el manto de la Tierra tras el impacto antes de solidificarse, dejando porciones del material del antiguo planeta descansando sobre el núcleo de la Tierra a unos 2.900 kilómetros bajo la superficie, según un estudio publicado el miércoles en la revista Nature.


Una idea nueva y audaz

Si la teoría es correcta, no solo proporcionaría detalles adicionales para completar la hipótesis del impacto gigante, sino que también respondería a una pregunta persistente para los geofísicos.

Estos ya sabían que existen dos masas distintas incrustadas en las profundidades de la Tierra. Las masas, denominadas grandes provincias de baja velocidad o LLVP, se detectaron por primera vez en la década de 1980. Una se encuentra bajo África y la otra bajo el océano Pacífico.

Estas manchas tienen miles de kilómetros de ancho y probablemente una mayor densidad de hierro que el manto que las rodea, lo que hace que destaquen al medirlas con ondas sísmicas. Pero el origen de estas manchas, cada una de ellas mayor que la Luna, sigue siendo un misterio para los científicos.

Para el Dr. Qian Yuan, geofísico y becario postdoctoral del Instituto de Tecnología de California y autor principal del nuevo estudio, su comprensión de las LLVP cambió para siempre cuando asistió en 2019 a un seminario en la Universidad Estatal de Arizona, su alma mater, en el que se esbozaba la hipótesis del impacto gigante.

Fue entonces cuando aprendió nuevos detalles sobre Theia, el misterioso proyectil que presumiblemente golpeó la Tierra hace miles de millones de años.

Y, como geofísico de formación, conocía esas misteriosas manchas ocultas en el manto terrestre.

Yuan tuvo un momento eureka, dijo.

Inmediatamente, empezó a examinar estudios científicos, buscando si alguien más había propuesto que los LLVP podrían ser fragmentos de Theia. Pero nadie lo había hecho.

Al principio, Yuan solo le contó su teoría a su asesor.

"Tenía miedo de acudir a otras personas porque temía que pensaran que estaba demasiado loco", dijo Yuan.

Esta representación muestra a Theia colisionando con la Tierra. (Crédito: Hernán Cañellas)

Investigación interdisciplinar

Yuan propuso su idea por primera vez en un artículo que presentó en 2021. Fue rechazado tres veces. Los revisores dijeron que carecía de suficiente modelización del impacto gigante.

Entonces se topó con científicos que realizaban justo el tipo de investigación que Yuan necesitaba.

Su trabajo, que asignaba un determinado tamaño a Theia y una velocidad de impacto en el modelado, sugería que la colisión del antiguo planeta probablemente no derritió por completo el manto de la Tierra, permitiendo que los restos de Theia se enfriaran y formaran estructuras sólidas en lugar de mezclarse en el guiso interior de la Tierra.

"El manto de la Tierra es rocoso, pero no es roca sólida", dijo el Dr. Steve Desch, coautor del estudio y profesor de astrofísica en la Escuela de Exploración de la Tierra y el Espacio del Estado de Arizona. "Es este magma de alta presión que es un poco pegajoso y tiene la viscosidad de la mantequilla de maní, y básicamente está sobre una estufa muy caliente".

En ese entorno, si el material que compone los LLVP fuera demasiado denso, no podría apilarse en las formaciones dentadas en las que aparece, dijo Desch. Y si su densidad fuera lo bastante baja, simplemente se mezclaría con el manto.

La cuestión era la siguiente: ¿Cuál sería la densidad del material dejado atrás por Theia? ¿Y podría coincidir con la densidad de los LLVP?

(Desch había escrito su propio artículo en 2019 que buscaba describir la densidad del material que Theia habría dejado atrás).

Los investigadores buscaron un modelado de mayor definición con 100 a 1.000 veces más resolución que sus intentos anteriores, dijo Yuan. Y aun así, los cálculos cuadraban: Si Theia tenía un tamaño y una consistencia determinados y chocaba contra la Tierra a una velocidad específica, los modelos mostraban que, de hecho, podía dejar tras de sí enormes trozos de sus entrañas en el manto de la Tierra y también engendrar los restos que darían lugar a nuestra luna.

Construir una teoría

El estudio que Yuan ha publicado esta semana cuenta con coautores de diversas disciplinas e instituciones, entre ellas Arizona State, Caltech, el Observatorio Astronómico de Shanghai y el Centro de Investigación Ames de la NASA.

A la pregunta de si espera encontrar rechazo o controversia ante un concepto tan novedoso —que losas de material de un antiguo planeta extraterrestre estén ocultas en las profundidades de la Tierra—, Yuan respondió: "También quiero subrayar que se trata de una idea, es una hipótesis.

"No hay forma de demostrar que sea así", añadió. "Invito a otras personas a hacer esto (investigación)".

Desch añadió que, en su opinión, "este trabajo es convincente. Es un argumento muy sólido". Incluso parece "algo obvio en retrospectiva", dijo.

El Dr. Seth Jacobson, profesor adjunto de Ciencias Planetarias en la Universidad Estatal de Michigan, reconoció que, sin embargo, es posible que la teoría no alcance pronto una amplia aceptación.

"Estos (LLVPs) son un área de investigación muy activa", dijo Jacobson, que no participó en el estudio. Y las herramientas utilizadas para estudiarlos evolucionan constantemente".

La idea de que Theia creó los LLVP es sin duda una hipótesis apasionante y llamativa, añadió, pero no es la única que existe.

Otra teoría, por ejemplo, postula que los LLVP son en realidad cúmulos de corteza oceánica que se han hundido en las profundidades del manto a lo largo de miles de millones de años.

"Dudo que los defensores de otras hipótesis (sobre la formación de los LLVP) vayan a abandonarlas solo porque haya aparecido esta", añadió Jacobson. "Creo que seguiremos debatiendo esto durante bastante tiempo".


11 RADIO KOSMOS CHILE

 

Los Cuatro de Chile - Para que no me olvides

https://youtu.be/JS25oAi2c5U?si=IMoM1rPnY-wUmxTa

Qué es la Ciencia Ficción y sus características

La ciencia ficción es un género literario, con manifestaciones en el cómic, el cine y la televisión, que trata de los hipotéticos logros científicos y tecnológicos de la humanidad y sus consecuencias.

Como tal, es un género fundamentalmente especulativo, cuya verosimilitud está sujeta a los conocimientos científicos sobre los cuales se sustenten sus argumentos. En este sentido, se diferencia de la literatura fantástica, que se basa en hechos y argumentos meramente imaginarios, mientras que la ciencia ficción trata de asuntos científicos o relacionados con la ciencia.

La ciencia ficción experimentó gran popularidad durante el siglo XX debido al gran interés que, en torno al futuro, despertaron los rápidos avances científicos y tecnológicos. Hoy en día, el género sigue gozando de gran relevancia.

Algunas de las características de la ciencia ficción son sus temáticas: viajes al espacio, conquista espacial, consecuencias de una hecatombe, apocalipsis nuclear, mutaciones, evolución de los robots, realidad virtual, civilizaciones alienígenas, y utopías y distopías.

Las acciones pueden desarrollarse en pasado, el presente o el futuro e, incluso, los acontecimientos pueden tener lugar en tiempos alternativos al nuestro o ucrónicos.

Los escenarios son de lo más variados: pueden ser terrestres o extraterrestres, o, incluso, pueden encontrarse en el interior de la mente.

Los personajes, por su parte, son antropomorfos, es decir, tienen muchas características de los seres humanos. Por lo general, son entidades de inteligencia artificial, como robots, androides o cíborgs, así como criaturas orgánicas dotadas de cierta inteligencia.

Existen dos vertientes en la ciencia ficción: la ciencia ficción hard o dura y la ciencia ficción soft o blanda. La primera, la dura, es aquella que construye sus argumentos con gran rigor científico, mientras que la soft o blanda es aquella que está más interesada en las posibilidades literarias de la ciencia ficción, de modo que su rigor en lo científico es más bien laxo.

Asimismo, existen también otros subgéneros de la ciencia ficción con características específicas, como el cyberpunk, el postcyberpunk, el steampunk, el biopunk o el retrofuturismo.

La ciencia ficción, aunque parece estar hablando en apariencia de realidades imaginarias y lejanas, en realidad conserva en sí referentes elementales de nuestro imaginario cultural, social, religioso y político. Pensemos, por ejemplo, en los paralelismos de la saga de Matrix con la Biblia cristiana: un elegido es enviado a salvar la humanidad de su destrucción; o de La guerra de las galaxias con la literatura caballeresca medieval; o del filme Avatar con la conquista del espacio y la historia de la humanidad los sucesivos procesos de conquista y colonización que hemos padecido.

Asimismo, la ciencia ficción también advierte sobre los peligros del desarrollo humano en ciertos ámbitos de la tecnología y el control de las sociedades. Pensemos, por ejemplo, en Yo, robot, de Isaac Asimov, donde los robots se salen de control, o en Un mundo feliz, de Aldous Huxley, donde los seres humanos son condicionados para ser felices permanentemente.

Algunos autores considerados clásicos de la ciencia ficción son Ray Bradbury, Isaac Asimov, Julio Verne, H. G. Wells, Aldous Huxley, Jorge Luis Borges, Karel Čapek, Philip K. Dick o Kurt Vonnegut. Actualmente, el género ha retomado mucho vigor en Latinoamérica, con escritores como Rodrigo Fresán o Edmundo Paz Soldán.

Características de la ciencia

https://www.significados.com/caracteristicas-de-la-ciencia/             

Por ciencia entendemos el conocimiento que surge a partir de un particular proceso de indagación, razonamiento y reflexión, sometido a un método de análisis. Para que un discurso pueda ser considerado científico, deben cumplirse un conjunto de características. Veamos cada una por separado.

Es general y abierta

La ciencia va de lo particular a lo universal y, en tal sentido, es general. Se dice que la ciencia es abierta en la medida en que es receptiva a la investigación en todos y cada uno de los ámbitos de la vida, siempre que sean susceptibles de ser estudiados. Por ende, la ciencia ni establece juicios a priori.

Es especializada

Con el paso de los años, la ciencia ha ido especializándose más, dando lugar a áreas muy específicas y concretas de investigación que se comportan como auténticos universos de estudio. Cada científico es un especialista en un área concreta de conocimiento. Por ejemplo, la bionanotecnología.

Es fáctica

Se dice que la ciencia es fáctica en la medida en que estudia hechos concretos que se suceden en la vida real.

Se basa en un método

Para que pueda hablarse de ciencia, tiene que haber siempre un método de investigación verificable, ya sea que hablemos de ciencias puras o sociales. Se dice entonces que la ciencia es metódica. Todo aquello que implica un método declarado verificable, no sujeto a la mera especulación, forma parte del pensamiento científico.

Acude a la experimentación o a la experiencia

La ciencia busca los mecanismos para poder medir en la experiencia los fenómenos que se pretenden estudiar. Por lo tanto, es empírica. Si la especulación es su punto de partida, la experimentación será el medio para poder llegar a conclusiones coherentes, que confirmen o nieguen la hipótesis planteada.

Tiene un carácter analítico

La ciencia se propone analizar pormenorizadamente los fenómenos o asuntos que desarrolla, a fin de encontrar el entramado complejo que explique la naturaleza de los mismos, sus causas, sus consecuencias y sus implicaciones.

Busca establecer leyes generales

Mediante sus estudios, las ciencias pretenden establecer leyes generales o universales que explique el comportamiento de los fenómenos. En este sentido, se dice también que es legal.

A partir del estudio de casos, la ciencia busca establecer patrones generales para poder aplicarlos sobre fenómenos semejantes en el futuro.

Esto es propio tanto de las ciencias puras como de las ciencias sociales. En esto se diferencian de las humanidades, a pesar de que comparten con estas algunas características como la valoración del método.

Ve aquí 5 películas de Ciencia Ficción:

1       Monstruos del hombre (Inteligencia Artificial)  

https://youtu.be/SUmbKH8a1Sw?si=Fuz1rmi_91Cu-9Fz            1.34.03

2      Perdidos en marte                                                                                    https://youtu.be/fAmZqGy20gM?si=G4omxHbzF7nLLQL5       1.31.05

3      CIELO BLANCO                                                                                  https://youtu.be/_t0qaotVyjY?si=3_dz9I0oboh8H2ZQ                 1.44.53

4      El Último Explorador                                                            https://youtu.be/T7Y_6xBxRYM?si=xlTnsckyh9G-MLy0           1.43.27

5      Código Alfa                                                                                          https://youtu.be/qz5QstZp8oc?si=XzFxi22g8b4BGriy                 1.37.25



12 CENCIENTECNO

 
El Sacristán - Violeta Parra.
https://youtu.be/7AF_D3IOYys?si=TQiRmSX0gBG44Ast

ASTRONOMOS DE LA ANTIGUEDAD



La metafísica de Aristóteles dice que todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber y la humanidad es fiel cómplice de ese pensamiento. Desde sus orígenes, el hombre ha tenido curiosidad innata por entender qué es este mundo en el que vive, de dónde viene, qué son esos puntos brillantes que se ven en el cielo o qué es esa roca gigante y flotante que aparece en la noche cuando la bola de fuego se va; estas y otras preguntas fundamentales lo llevaron a saciar su intolerancia a la incertidumbre, a lo desconocido, con la creación de religiones y teorías que intentaban explicar los fenómenos que experimentaban y recientemente a la creación de las ciencias naturales, la filosofía y el pensamiento crítico.

Los 10 astrónomos más influyentes de la historia:

Todas las civilizaciones humanas han tratado de interpretar lo que ocurre en el cielo y el espacio. En la actualidad se han descubierto numerosos cuerpos celestes, nuevas galaxias y planetas. No tendríamos este conocimiento sin las investigaciones de los grandes astrónomos, que desde hace siglos estudian el universo. Para hacerles un reconocimiento a su labor es que vamos a ver a los astrónomos más importantes de la historia.

10. Charles Messier


Charles Messier fue un astrónomo francés que buscó incansablemente cometas para estudiar sus órbitas. A medida que los buscaba encontró otros objetos, con los cuales realizó uno de los catálogos más completos. Su propósito fue dar a conocer estos objetos, para que otros estudiosos no se confundieran al estudiar el cielo. El inventario contenía galaxias y planetas, y además logró encontrar 13 cometas

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9. Ptolomeo


Ptolomeo fue un astrónomo egipcio conocido por su obra máxima sobre astronomía, el Almagesto. En el incluyó un catálogo de estrellas y una serie de tablas que ayudaban a calcular la posición de los planetas, el Sol y la Luna y los eclipses solares y lunares. Este texto fue el mayor tratado astronómico por 1500 años después de su muerte, transformándolo en uno de los astrónomos más famosos hasta la actualidad.

8. Tycho Brahe



Tycho Brahe fue un astrónomo danés que catalogó cientos de cuerpos celestes, y es mejor conocido por su estudio de las nuevas estrellas que en aquella época, cerca del 1570, eran una revolución astronómica. Contradijo algunas de las ideas de la época, como que el cielo estaba creado en forma de domo, a través de su observación de las estrellas lejanas. 


7. Arno Penzias y Robert Wilson



El aporte sustancial de Arno Penzias y Robert Wilson a la ciencia fue el descubrimiento de la Radiación de Fondo de Microondas. Esta radiación es una consecuencia de la explosión del Big Bang. En sus experimentos descubrieron una radiación constante que no venía de la Tierra ni de la Vía Láctea, sino de fuera. Este descubrimiento les valió un Premio Nobel en 1978. Cuando la información salió a la luz creó grandes disputas, porque todavía existían muchos astrónomos que no creían en la existencia del Big Bang, y esta investigación probó que estaban errados.


6. Nicolás Copérnico



Copérnico es muy importante porque fue el primero en plantear una versión heliocéntrica del Sistema Solar. En aquel momento la creencia era que la Tierra se encontraba en el centro, y todos los cuerpos celestes giraban en torno a ella. Su obra Sobre la Revolución de los Cuerpos Celestes plantea que el Sol está en el centro. Esto le causó muchos problemas, porque la Iglesia todavía jugaba un papel fundamental en la ciencia y la idea del heliocentrismo iba en contra de la Biblia y las enseñanzas.

5. William Herschel


Herschel fue un astrónomo inglés que construyó sus propios telescopios, con los cuales estudió los grupos pares de estrellas, que orbitan en torno a un centro de gravedad común. Descubrió 80 grupos de este tipo, muy importantes para estudiar las distancias a ellas. Además, descubrió al planeta Urano, a dos de sus lunas, y dos lunas del planeta Saturno.

4. Johannes Kepler


Kepler fue el primer astrónomo en estudiar el movimiento de los planetas, y a diferencia de los demás, planteó que las órbitas eran elípticas, y no en círculos. Al igual que Copérnico, defendió la idea de un sistema helio centrista, a pesar del poder que la Iglesia seguía teniendo. Además, fue el primero en estudiar cómo la Luna afecta a las mareas

3. Edwin Hubble


Hubble es el astrónomo con más descubrimientos en su haber, luego de haber encontrado galaxias por fuera de la Vía Láctea. En aquel momento los astrónomos solo consideraban lo que se encontraba dentro de nuestra galaxia, pero Hubble amplió el mapa a cientos de estrellas y planetas en otros lugares lejanos. Además, descubrió que estas galaxias se mueven alejándose de la Vía Láctea, y cuanto más lejana está de nosotros, más rápido se mueve.


2. Hiparco

Hiparco es conocido como el padre de la astronomía, por ser el primero en estudiar los cuerpos celestes. Realizó un catálogo amplio sobre ellos que luego otros astrónomos usaron en sus trabajos. Contribuyó al conocimiento sobre la posición de la Luna y el Sol, y creó el método para saber el brillo de una estrella, el cual todavía se utiliza.


1. Galileo Galilei

Galileo es sin dudas el astrónomo más conocido debido al amplio material que dejó sobre sus estudios. Utilizó el telescopio, recientemente inventado, para estudiar el cielo. Fue el primero en observar los anillos de Saturno y descubrió varias lunas de Júpiter. Su estudio más amplio fue sobre el Sistema Solar, y al igual que Copérnico defendió el heliocentrismo, sin embargo, Galileo tenía pruebas sobre esto y pudo demostrarlo. Con su telescopio observó que Venus atraviesa fases, como la Luna, que demostraban que debía estar orbitando alrededor del Sol. De todas maneras, la Iglesia no se convenció de la verdad y fue acusado de hereje.

Sin dudas, hay un número mayor de astrónomos importantes que trabajaron en el descubrimiento de cuerpos celestes y el funcionamiento del universo, pero entre ellos, los anteriormente nombrados son quienes aportaron mayor conocimiento para fundar las bases de la astronomía moderna.

 


…hasta la próxima semana.

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